Sin-tesis

Despierta otra vez,
con las manos rasgadas
sube la persiana esperando ver al sol
regalarle un poco de tiempo,
pero todo sigue igual.
Las calles resbalan sus lágrimas
mientras camina,
everything will be okey
en el fondo tiene sentido tropezar.
La blusa reventada frente al mar
avisa que siempre hay esperanza,
moja su cara con el vértice de la ola
que lleva su nombre, su mitad.
Un segundo más y te doy la vida
agua de enero brilla en su mirar,
quién se atrevió a cruzar las vías
a dar medio pulmón
por ver sus pasos regresar.

Horizonte

Deshacer de paz ésta locura
las calles vuelven a estar llenas,
recordar como era el frío
invierno reflejado en tus venas.
Rescatar toda manía
que será de nuestra enciclopedia,
si tú estarás buscando el norte
y yo perdido en esta selva.
Baje los pies del cielo
nube vela por tantas cadenas,
no hay nada más pesado
que el mar sin abrirse de penas.
Que oscuro veo el suelo
firme detrás de condenas,
volverá a ser diciembre
lumbre rocía esta brea.

Porque eres Paz

Voy a escribirle a tus ojos
por como miran,
mereces del Sol la luz
de las estrellas la energía.
Has hecho
que la sal reduzca
con besos las heridas,
pusiste mi nombre al viento
viendo amanecer a Sigel.
Desnudas la vida a versos
siembras verde en cada orilla,
llenas de color a Érebo
eres más que poesía.

La mitad del verano

He vuelto, aunque papel,
no te haga demasiada gracia
que maquille tu nívea cara.
Demasiados latigazos te han dado
mis manos hartas de cansancio.
Si al menos hubiera conocido sus caricias
y no sólo al tacto de sus deshidratadas partituras.
Si al menos la tocase como tú lo hacías.
Hablé siempre sin referencias
con las uñas desgastadas
por rasgar las cuerdas
a fin de que aparecieses,
entre destellos lo único que llegó
fue el chirrido desafinado de la impaciencia y una presencia que no llenaba los veranos.
Que pena que ni el lucero que admirabas hiciese el intento de guiñarme un ojo como hacían contigo todas las estrellas.

Dispara hacia dentro

El viento vuelve a hablar de pisadas,
de playas sin describir las madrugadas.
Me saben a torturas las miradas
que con ansias de agrandar primaveras,
cargan las espaldas que abrazo entre mis páginas.
Mientras escucho de fondo a la luna,
caigo de nuevo en ese pozo de consonantes que no cuadran y por primera vez envidio a las esdrújulas por la manera en la que brillan.
No puedo galopar frente a frente al aluvión  de caricias que sin hacer honor a su nombre rodearon mi Lucero.
Sospecho de las nubes a media noche, no me fío del vacío bienestar de un café solo sin hielo.
Reniego del calor de los domingos si sus manos no aconsejan a mis sentidos, no olvido presentar las quejas que los jueces aceptaron junto a esa manía de interrumpir abrazos.

Cien por cien

Hace mucho
que no le explico al papel
lo bonita que es su sonrisa,
ni la facilidad con que desvía
las tormentas.
Ella es la clave
para descifrar el futuro
y abrir los apéndices
que desnudan la felicidad.
Sus ojos han devuelto
el camino a mis palabras
y aunque haya disminuido
las repeticiones
al bolígrafo de pared,
mis manos son ahora más grandes.
El corazón ha aumentado
de besos los pasos
marcados por la distancia,
que pierde peso cada noche.
Por eso y porque respirar
el cariño que amanece
cuando levanta las pestañas,
se ha convertido en la asignatura
que siempre tendré pendiente
con tal de que me de lecciones.
Si antes fue un ochenta por ciento
de camino a no sé dónde
pero con bien de gasolina
hoy hay porcentaje
para llevarte a dónde quieras.

Nuevo mundo

Enamorados
reduciendo sus abrazos
mensajes sin contexto
que sonrojan al teclado
recitales de besos
que distraen a los smartphone
calles confundidas
por la culpa de un atasco.

Niñas presumiendo
del alto de sus tacones
aves de paso
jugando con los aviones
clases de sexo
en baños de profesores
patios de recreo
con niños sin sus balones.

Noches con letreros
de se vende en los lavabos
presos que sin rejas
acaban de licenciados
tiendas que acompañan
a miles de refugiados
lágrimas con credos
oxidando los candados

Putas confundidas
por fama de aplicaciones
guerras permitidas
comentadas en salones
presidentes sin gobierno
intentando dar lecciones
la vida es una sola
dejar de ser tan cabrones.

Tempestad

Y qué es el aire si no está para pasear delante de cada escenario,
se me vuelven a paralizar las manos
y está vez con cuidado puse el corazón a buen recaudo.
Todas las noches he pensado en describir las líneas que oscurecen los retratos
de cada una de las estrellas que acarician su tejado.
Sin embargo, qué es el sol si cada tramo de asfalto que cubría el campo verde de sus ojos ha quedado sepultado.
Te pido mar sin sal, refugio de los años que pasaron, rezando por volver a ti los llantos. Que calmes con tus besos tantos daños, disfraces el dolor con tus abrazos y vuelvas a sonar sin calendarios.

Ojos que ven

No debí deslizar
mis dedos por sus páginas
ahora todo es nocturnidad
me lo dije mil veces
mantente al margen
no saltes las barreras
que te sostienen firme
en una tierra
que a nadie pertence,
no lo hice y pasó
la paz mental decidió
marcharse a otro lugar
dejar atrás al dolor alimentado
que ahora trago
bajo lágrimas inexactas
porque me duelen los versos
que no quise leer
que eran a otros labios,
a otros ojos,
a otras manos.
Contemplar
el aire de susurros ya pasados
deshace la sonrisa
que has forjado
no debería dejar entrar
a ese caballero troyano
que disfrazado de marca pasos
se ha encargado de zafar
el intento de mirar a otro lado
porque ese verde experimentado
me hace golpear en sueños
los rostros que vieron tus miedos
y aún así se atrevieron
a jugar con ellos
descompongo mis papeles con celo
me arrepiento de haber escrito esto.

La luna del tejado.

Por todas esas veces
que me reí
de los que hablaban
de amor a primera vista
hoy me siento a vuestro lado
y brindó por haberme equivocado
no sabía que podía llegar a ser
tan dulce la mueca de una sonrisa
ni que con un beso en la mejilla
se diera la vuelta al mundo
pero has roto con la costumbre
de clavar prejuicios
en la yema de los dedos
de buscar respuestas
preguntando al tiempo
así decirte que te espero
con ganas de darle
la vuelta al miedo
cubierto de dudas
pero sin frenos.

Estrella.

No quiero soluciones
si no hay estrellas de por medio
me falta el aire
y sigo sin saber lo que es amor
amar al mar y a sus banderas
capitanes sin fronteras
sabed que aún quedan
sirenas al oeste de ésta tierra
que no han oído su voz.
Si fueran sólo sus lunas
las que hacen temblar
las calles a medianoche
si diésemos la vuelta
a los conciertos
déjame enseñarte
la playa en invierno
doblar los papeles
de este desencuentro
y hacer de la arena el colchón
de nuestro aliento.

Arena de Enero

Nunca he sido
de cosechar sueños
prefería coleccionar noches
mientras esperaba nervioso
verte amanecer
nunca he sido
de tirar flores
quería parar los relojes
y que el tiempo respetase
nuestros silencios
nunca he sido claro
pero guardaba en los cajones
cada frase bien dicha
cada beso desmarcado
y a cada paso
encuadernaba tus te quiero
con cuidado
para saber volver.