que no le explico al papel
lo bonita que es su sonrisa,
ni la facilidad con que desvía
las tormentas.
Ella es la clave
para descifrar el futuro
y abrir los apéndices
que desnudan la felicidad.
Sus ojos han devuelto
el camino a mis palabras
y aunque haya disminuido
las repeticiones
al bolígrafo de pared,
mis manos son ahora más grandes.
El corazón ha aumentado
de besos los pasos
marcados por la distancia,
que pierde peso cada noche.
Por eso y porque respirar
el cariño que amanece
cuando levanta las pestañas,
se ha convertido en la asignatura
que siempre tendré pendiente
con tal de que me de lecciones.
Si antes fue un ochenta por ciento
de camino a no sé dónde
pero con bien de gasolina
hoy hay porcentaje
para llevarte a dónde quieras.
